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Walter Pernas: "No hay un líder que pueda suplir a Pepe Mujica, eso no existe"

Walter Pernas: "No hay un líder que pueda suplir a Pepe Mujica, eso no existe"
Ámbito
26 de octubre de 2020 - 00:00 - Isabel Hungría

Cuando se estacionó en el senado por primera vez, con vestimenta de barrio, en su pequeña moto, la persona a cargo del parqueadero le preguntó cuánto tiempo se iba a quedar, entonces él respondió, con la espontaneidad que lo caracteriza: "cinco años, si me dejan".

Finalmente se quedó varias décadas, tiempo durante el cual logró que hasta sus más feroces detractores lo escucharan con atención. Y es que Pepe Mujica nació con el verbo fácil, la virtud del compromiso, la gracia de la moderación. "Yo no odio a nadie", dijo recientemente en su discurso de despedida del senado uruguayo.

Siempre horizontal en sus decisiones, quizá porque salió de un barrio pobre de Montevideo donde la consigna era: "naiden es mejor que naiden", Pepe Mujica, al margen de su ideología política, es un demócrata de fuste. Había amagado varias veces con su retiro del senado, pero esta vez fue cierto, el 20 de octubre se despojó finalmente de su investidura, aunque seguirá en la política.

El periodista Walter Pernas escribió hace cuatro años una biografía sobre él en el libro titulado "Comandante Facundo. El revolucionario Pepe Mujica", y el humanista político quedó patidifuso con todo lo que su autor había recabado y plasmado en su libro. Hoy, Pernas conversa desde Uruguay con diario El Telégrafo y palabra a palabra retrata al exguerrillero, desnuda al exsenador,  describe al líder de la izquierda...

Pepe Mujica se retira del Senado de Uruguay, pero no de la política. ¿Eso qué significa? ¿Qué hará Pepe Mujica ahora?

Bueno, él ha dicho algunas cosas. En realidad, no es la primera vez que Mujica señala que se retira, no de la política sino de la vida parlamentaria, que es distinto. Lo ha dicho varias veces, ha amagado unas cuantas. Sus cercanos colaboradores o cercanas personas de la política, algo más grande que su entorno; el Movimiento de Participación Popular; la gente de la calle; la gente de las bases; la gente de los barrios y los políticos jóvenes le han pedido que se quede. Incluso todos recordamos en la última elección que no fue sino hasta el último momento que se supo que él no iba a ser candidato.

Ha pasado varias veces esta situación en la cual él dice: "bueno, me voy, le voy a dejar el lugar a otro u otra (…) pero no lo hace". Esta vez, efectivamente sí, estamos ante un hecho histórico: José Mujica se despide del senado, después de transitar el camino del político en fase democrática y llegar al Parlamento en su motito, con una vestimenta de barrio, tanto así que quien lo recibe allí, quien está viendo cómo se estaciona, le pregunta si va a estacionar por mucho tiempo su moto y la respuesta de él es: Y si me dejan, cinco años.

Fueron más de cinco años, estamos hablando de algunas épocas interrumpidas por su periodo en el que fue Presidente de la República, pero esta vez sí deja el Parlamento. No va a abandonar la política, lo que deja es la banca parlamentaria, pero él se va a quedar como un viejo gurú de la política de izquierda dentro del Frente Amplio, dentro del Movimiento de Participación Popular, dentro de lo que hoy son los tupamaros.

 

¿Cómo era su participación en el Congreso, tenía una retórica apasionada ante los debates que surgían en el seno de la legislatura?

¿Apasionado Mujica? Por momentos quizás sí, pero en realidad no. Para los periodistas que estuvimos cubriendo esas primeras etapas en realidad era una incógnita saber cómo se iba a comportar un exguerrillero en el Parlamento. En realidad se fue ganando a todo el Parlamento. Cuando él hablaba se hacía un silencio muy grande, es decir, se lo escuchaba con muchísima atención y eso se gana con trabajo parlamentario. Y bueno, con algo que Mujica ya tenía incorporado: el poder de la comunicación verbal, sobre todo, y siempre hablando con argumentos, con los cuales uno puede estar de acuerdo o discrepar, pero aún en la discrepancia se le ponía mucha atención a lo que decía.

Hubo momentos en los que pudo haber algo apasionado de parte de Mujica, pero más bien es de discurso tranquilo, argumentativo, por momentos irónico, muchas veces metafórico. Siempre con argumentos desde su filosofía de izquierda.

Con un aire bonachón, incluso. Él puede ser contundente, pero no tiene ese halo absolutista, dictatorial... 

Él era de un estilo de hacer política que fue mamando ya de los años 40, 50; luego, en los 60, entra a los movimientos que ya se presumen con un horizonte de guerrilla, pero mucho antes ve en la política o se recuesta sobre políticos como Enrique Erro del Partido Nacional, que es un partido tradicional, del ala donde las cosas se hacían más de forma horizontal. Él tiene impregnada esa forma de ser donde la horizontalidad, las bases, la discusión entre los pares es clara; más allá de que en los partidos con liderazgos va a haber algún tipo de directriz, de decisión de quienes están en las cúpulas, porque eso no escapa a la política de ningún país.

Pero sí es cierto que sabe y domina el panorama de decidir las cosas con aceptación popular. Y eso tiene que ver con la horizontalidad, con saber escuchar al otro, y eso se lo da su forma de ser, de haberse criado en un barrio de las afueras de Montevideo, donde, como decimos en Uruguay, "naides es más que naides". Todos somos iguales, todos tenemos derecho a opinar, más allá de que luego alguien tome las decisiones.

Es difícil imaginar a Mujica como un guerrillero, ¿fue un hombre hostil cuando tomó las armas?

La hostilidad en un universo de guerrilla tiene que ser natural, es decir, tanto los tupamaros como a quienes se enfrentaban: policías, gobernantes o militares sabían que tanto se podía matar como tanto se podía morir, en resumen, tenían claro el sentido de lo que era un levantamiento del tipo del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros.

Si me pregunta por la hostilidad en el sentido de si en lo personal era agresivo, ahí te digo que no. En realidad, la columna que llegó a dirigir Mujica era una columna integrada por cristianos, empleados bancarios, alguna gente que llegaba de los partidos tradicionales, todos jóvenes, y se caracterizaba por ser una columna fraterna. Una vez Raúl Sendic, que era líder por excelencia tupamaro, consideró que era la columna más fraterna, es decir, existía una hermandad en la columna que dirigió Mujica.

Aquí todas las acciones que se realizaban eran muy medidas. Va un ejemplo: preparaban una acción guerrillera que podía llegar a involucrar -si las cosas se daban mal- algún tipo de tiroteo. Todo estaba preparado, lo habían preparado para las cinco de la tarde, y cuando Mujica vio todo el plan dijo: esta acción no se puede realizar, entonces el grupo preguntó: "¿por qué?, tenemos todo". Él respondió: No tenemos todo porque planificamos esto a las cinco de la tarde y ustedes no se dan cuenta de que acá a la vuelta hay una escuela y esa es la hora de salida de los niños. ¿Qué pasa si tenemos que darnos de tiros con la policía a las cinco de la tarde cuando salen todos los niños de la escuela? Eso caracteriza a Mujica y creo que es la mejor respuesta a la pregunta.

O sea, no hubo en su vida como un punto de inflexión, lo de la guerrilla se puede asumirlo como pacífico. La pregunta es si él estaba armado. Sí, estaba armado, manejaba una pistola que le había regalado Rosencof, uno de sus compañeros. Cuando se hacía el reparto de armas, él lideraba una columna. Las operaciones que se hacían eran armadas y lo que se pedía con el relato de la escuela era eso, tratar de que no hubiese víctimas, ni siquiera del otro bando si era posible.

Mujica en una circunstancia específica, aún de su vida revolucionaria, hubo de decidir un secuestro de una autoridad del ente eléctrico que los tupamaros consideraban hostil y represora; en ese secuestro, que es realizado por Mujica y un grupo, él tiene que dispararle a una persona y cuando lo hace su compañero sale en defensa, todo esto dentro de un auto. Dispara y le pega un tiro a ese secretario, que felizmente no muere y tampoco muere su compañero tupamaro. Esa oportunidad es la única que registro en que Mujica dispara y hiere a alguien, pero no lo mata. 

Si pudiera mencionar dos o tres virtudes de Mujica, ¿cuáles serían?

La virtud de tener una vida, que mirada en perspectiva, pasa de un niño muy pobre, que pierde a su padre a los ocho años, con una vida muy difícil, de trabajo y aprendizajes; de una vida estudiantil que se trunca por necesidades propias de su vida: tener que trabajar, mantener a su familia, pero muy involucrado siempre con los movimientos estudiantiles que enfrentaban a la autoridad en los años 40 y 50, y se va involucrando en el movimiento guerrillero porque entiende que lo que están viviendo es de alguna manera un gobierno represivo.

Estamos hablando de situaciones en las cuales las manifestaciones callejeras de los sindicatos eran reprimidas a tiros, hubo sindicalistas muertos; todo eso fue convirtiendo a Mujica en un político, luego en revolucionario que pasa la etapa de guerrilla y de las armas convencido de que tenía que llegar de alguna manera a lo que se puede llamar poder.

En el año 72, cuando el Movimiento de Liberación Nacional se desarma (…), previo a la dictadura, ya estaban todos presos. Y todo el periplo de Mujica de rehén durante la dictadura, con las torturas más atroces, lo fortalece cuando estuvo al borde de la muerte y lo convierte en un hombre de una solidez política impresionante y de una caracterización de apego al sentimiento popular increíble, que lo lleva con el tiempo a la presidencia de la República.

Lo que podemos destacar es la superación de esta persona que pasa todo esto que estoy diciendo y que logra convertirse en presidente de la República. Creo que es lo más destacable, una vida verdaderamente para novela, por eso es que yo realicé este libro: "El revolucionario Pepe Mujica". Y revolucionario es mucho más allá de ser guerrillero. El revolucionario es una persona que con el paso del tiempo (uno lo ve en su discurso y en su pensamiento) evoluciona más allá de que esté viejo (…) Cada vez que uno lo escucha hablar ve que deslumbra, incluso hasta a los más pequeños.

Creo que todo eso es destacable de ese Mujica pobre, estudiante, revolucionario, guerrillero, político, legislador, presidente de la República, y hoy gurú de las nuevas generaciones hasta que muera.

Es un guerrillero que devino en revolucionario, que devino en demócrata de fuste...

En realidad, Mujica tuvo una definición que creo es apropiada, una definición de analistas, políticos, que vieron en el movimiento político tupamaro a políticos en armas, que es distinto que guerrilleros que se convierten en políticos. Lo primero es lo político, es decir, de acuerdo a las circunstancias que atravesaron; circunstancialmente fueron guerrilleros, siempre políticos. Entonces creo que es una buena definición esa. De hecho, Mujica fue político antes de ser guerrillero; ya transitaba por las calles haciendo campaña política en favor de Enrique Erro. O sea que fue político antes de guerrillero.

Los tupamaros nunca dejaron de ser políticos aun cuando estaban en el medio de una guerrilla. De hecho, el Movimiento de Liberación Nacional Tupamaro, cuando los dirigentes sindicales salen de la cárcel, pide el ingreso al Frente Amplio, que ya había sido fundado. Es demorado, hay mucha discusión, pero finalmente se los acepta y reinician un camino de democracia sin dejar de ser tupamaros.

Pepe Mujica es un ícono de la izquierda; incluso sus más enconados detractores reconocen que es un hombre que no ha traicionado sus principios y que es consecuente con su discurso. ¿Qué hizo para no obnubilarse? Algunos políticos, ya cegados con la majestad del poder, incluso incurren en actos de corrupción para mantenerse en el cargo... es difícil que un político no se transforme.  

Puedo hablar de Mujica, pero también de la izquierda y de la derecha uruguaya. En sí mismo, y si comparamos los actos de corrupción que pueda haber dado tanto del gobierno de derecha como el de izquierda, en comparación con varios países de Latinoamérica, uno tiene que aceptar que Uruguay es un poco distinto en eso. Eso no quiere decir que no haya corrupción, pero sí quiere decir que los actos de corrupción quizá no son equiparables a lo que podemos estar viendo en algunos países en diversos gobiernos, tanto de izquierda como de derecha. Partiendo de esa base uno puede señalar que el Uruguay no es un país corrupto. El Uruguay tiene su grado de corrupción dentro de la política, como dentro de otras áreas, quizás de mayor envergadura, pero, aun así, uno tiene que analizar qué tipo de político es Mujica.

Yo creo que, en general, en realidad, tanto la izquierda como la derecha no pensaba que Mujica podía llegar a corromperse en ese sentido. Dejar de vivir en la chacra donde vivía, comprarse un auto último modelo, empezar a viajar, eso no está en el ADN de Mujica, pero no estaba tampoco en el pensamiento de los que le rodeaban, aun cuando estuvieran en contra de su pensamiento. Y eso fue lo que sucedió, Mujica sigue viviendo en su chacra, dona la mayor parte de su salario presidencial para obra social, incluso fundó una escuela con el fondo de su chacra.

Ustedes se preguntarán: ¿es pose esto? Mujica siempre ha sido así, siempre vivió de esa manera. Incluso, vamos a recordar la vez que un jeque le quiso comprar su vehículo en un millón de dólares. Era difícil que Mujica se transformara. A este país lo han gobernado otros presidentes que no llegaban desde el lugar donde llegaba Mujica, y si bien uno no pudo ver en sus gobiernos actos de corrupción, no se les puede achacar que se hayan convertido, en todo caso siempre fueron una misma cosa, llegaron desde familias un poco acomodadas.

Los actos de corrupción que se llegaron a comprobar en el gobierno de Mujica, o en el caso del vicepresidente José Sendic, en realidad más allá de que todo acto de corrupción es punible y no es aceptable, son actos menores, compras menores, en salidas y viajes de autoridades del Estado. No se presumía, no se vislumbraba y no pasó por la mente de nadie el que Mujica se corrompiera a nivel personal.


Mujica ¿deja delfines? ¿Hay alguien en el partido que podría tener sus características, el arquetipo de personaje humilde, sencillo, que pudiera convertirse en un outsider de la política?

Con sus características, tal cual Pepe Mujica, no. Yo no digo que sea irrepetible, que dentro de unos años surja (…) difícil, cada personalidad, cada político también tiene que ser analizado en el contexto del mundo en que se vive, quizás si en algún momento aparezca alguien similar a Mujica será en otro contexto y en otro mundo, pero hoy no hay alguien que se le asemeje de tal manera como para poder compararlo en la política uruguaya ni dentro del Frente Amplio ni dentro del Movimiento de Participación Popular, su movimiento.

Sí, aclaro que puede llegar a tener unos predilectos como son hoy el intendente electo del departamento de Canelones, que se llama Yamandú Orsi, que es un docente, una persona que ha seguido bastante la filosofía de Mujica, que lo respeta mucho, que lo cita mucho, que lo acompaña, pero no podemos decir que Orsi es similar a Mujica porque, efectivamente, no lo es. Con sus particularidades es distinto. Lo que se dice hoy, los analistas políticos, es que una vez Mujica se muera, el Movimiento de Participación Popular se muere o no será lo mismo, se va a reconvertir. Pero no hay un líder claro que quede, que pueda suplir a Mujica, eso no existe. No hay ni quién lo supla en la banca, ni hay líderes que se vislumbren hoy como para levantar la bandera de Mujica.

¿El retiro de Pepe Mujica del Senado también significa el retiro de su esposa?

No lo tengo claro. No te puedo responder porque no sé si ella va a alternar o no, si se van los dos para su casa, que para ellos no es irse sino seguir haciendo política desde otro lado, pero no lo tengo claro porque de hecho este 20 de octubre lo que se eligió para el acto fue el retiro de Mujica y (Julio María) Sanguinetti. 

¿Tiene alguna anécdota desopilante con Pepe Mujica? 

Yo construí el libro "Comandante Facundo. El revolucionario Pepe Mujica" con una investigación de cinco años, esto fue entre 2008 y 2013. No quería hacer un libro donde uno fuera a entrevistar al personaje, le contara su vida y a partir de eso hacer la biografía. No, no es mi forma, soy un periodista especializado en investigación y no me interesaba hacer un libro de esas características. Lo que hice fue construir ese personaje a partir de una investigación periodística de cinco años, haciendo más de una treintena de entrevistas, revisando documentación oficial y no oficial, obviamente, todo tipo de documentación, yendo a los lugares donde él frecuentaba y vivió, incluso la cárcel. O sea, realicé una investigación y construí un libro sin entrevistar a Mujica.

Cuando se termina el libro, a los cinco años, es el momento de contrastarlo con Mujica; eso fue lo que sucedió. Yo le iba diciendo que estaba haciendo un libro de su vida a lo largo de los años y él siempre me decía "por qué no te dedicas a cosas más importantes". A los cinco años le envio un manuscrito del libro y le digo: "este libro va a salir dentro de un par de meses, quisiera entrevistarlo y por eso le mando el manuscrito". Si me decía que no, el libro iba a salir igual, porque creo que estaba concluida la investigación en esos cinco años con todo lo que había podido hacer desde el periodismo. Pero él se sorprende cuando recibe el manuscrito, entonces me llama y me dice que lo vaya a ver.

Evidentemente, en el libro se revelan muchas cosas de Mujica, sobre todo de la época de la guerrilla que quizá a algún político de los que acostumbramos no le hubiera gustado demasiado o hubiera pedido que quitaran algunas partes. Como periodista, con la piel un poco cuarteada, fui preparado a una entrevista para defender la independencia de la investigación, llegué a la Presidencia y todas las hojas del libro estaban sobre el despacho, entonces  pidió que me sentara y lo primero que me dijo fue: Sentate botija, sos un chanta. Yo no sé si me remangué, pero mi actitud fue la de remangarme a la pelea con alguien, porque después de una investigación de cinco años, que te reciban de esa manera... Entonces Mujica me dijo: "Las calas no tienen olor, no tienen aroma". Eso, porque yo había realizado una escena donde estaba la madre con él yendo hacia el fondo de su chacra y puse en un pasaje "entre el aroma de las calas" y fue lo único que reprochó del libro.

Por supuesto, me hizo reír mucho y le dije: "Mirá, tengo todo, absolutamente todo, hasta la partida de defunción de tu padre, sé cómo murió, sé toda la historia porque la pude reconstruir, pero nunca fui a oler una de las calas que vos arrancabas del fondo de tu casa para poder vender y mantener a toda tu familia, así que lo acepto y voy a cambiar eso.

Después iba pasando las páginas del libro y, aún en los pasajes más complicados -como lo del secuestro, como la irrupción ante un juez a punta de pistola- lo hacía pasando y mirando con mirada pícara como es él e iba asintiendo con la cabeza. Me saco el sombrero con Mujica en ese sentido, porque aun pudiendo comportarse como un político, pidiendo la censura de algunos pasajes, no lo hizo. Y me quedo con esa imagen, con esa broma que me juega, que a la vez me hace mejorar el libro. Y qué difícil porque incluso cuando uno hace su propia biografía se autocensura. 

¿Cuándo fue lanzado su libro "Comandante Facundo. El revolucionario Pepe Mujica"

Este libro es del año 2013, no sé si van doce ediciones en Uruguay; ha sido vendido en Colombia, en Argentina, no sé si llegó a Ecuador, pero sí tiene algunos años.  

¿Algo que quiera destacar del libro?

En el final del libro hay mucha documentación que yo conseguí, pero al principio logré conseguir una tarjeta que Mujica escribió cuando tenía 15 años. Una tarjeta que le regala en esa época, en 1949, a sus amigos. Así como las chiquilinas celebraban sus 15 años, también era bastante habitual que un niño que dejaba de ser niño, que empezaba a usar los pantalones largos, repartiera entre sus amistades más íntimas algún tipo de souvenir, algo para que lo recordaran. Y él escribió en la tarjeta de su fotografía, en la que van a ver por primera vez, creo yo, a un Mujica vestido de terno y corbata: "Hacia la cumbre: seré todo o no seré, mas es mi lema luchar para ingresar a las filas de los que saben triunfar y colmar la aspiración de mi patria y mi mamá". (José Alberto Mujica Cordano. Montevideo,1949).

Yo creo que esto es como ver lo que Mujica logró, lo que se propuso a los 15 años y hoy logra a lo largo de toda su vida. Y en esta etapa donde, evidentemente, se lo presume relativamente cercano a que ya no esté entre nosotros, ver hacia atrás, ver toda su vida y verla reflejada a partir de esta tarjeta que escribió, me parece que encaja perfectamente en lo que ha logrado Mujica en el transcurso de toda su vida.

Ya sabía lo que quería a esa edad...

Bueno, no solamente lo sabía él sino también su madre. Y esa es otra de las cosas que encuentro en la investigación. Él estaba encarcelado como un rehén, lo estaban torturando y ella lo iba a visitar en los años 70 y lo encuentra al borde de la muerte, muchas veces, sin dientes, sucio, tan delgado que parecía que se iba a caer... En una ocasión ella volvía a su casa de los cuarteles cabizbaja al ver a su hijo de esa manera y en un determinado momento entra en la panadería donde Pepe Mujica había trabajado un tiempo de niño y el panadero le pregunta por Mujica: "¿Y bueno, cómo está Pepe?". Ella responde con la verdad, que está muy mal, que le ha puesto muy mal ver cómo está su hijo. Entonces ni el panadero ni quienes están allí saben cómo comportarse hasta que el panadero le dice: doña Lucy, no sé qué decirle, lo siento tanto. Y ella responde: "No se preocupe, mi hijo va a ser presidente de la República". Los panaderos quedaron entonces convencidos: "pobre, doña Luz, está quedando mal de la cabeza", pero el tiempo le dio la razón.  


Biografía
Walter Pernas nació en Montevideo en 1971. Periodista especializado en investigación, escritor, Profesor Adjunto de la Facultad de Información y Comunicación de la Universidad de la República. Es uno de los directores del portal de investigación www.sudestada.com.uy y  de la radio CIUDADANA 92.3 FM. Premio Morosoli en Periodismo Escrito y Premio Bartolomé Hidalgo por su libro "Comandante Facundo. El revolucionario Pepe Mujica. @PernasWalter

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